México Corrupto: Presidente del Instituto Electoral de Baja California ganará más que el gobernador

lunes, 11 de enero de 2016

Presidente del Instituto Electoral de Baja California ganará más que el gobernador

El Consejo General del organismo electoral aprobó aumentos salariales del más del 50% para sus miembros

El presidente del IEEBC, Javier Garay Sánchez. Foto: La Jornada BC.

Ciudad de México, 11 de enero de 2016.- El consejo general del Instituto Electoral de Baja California aprobó un aumento salarial de más del 50 por ciento a cada uno de sus miembros, para pasar de 63 mil a 95 mil pesos de percepciones mensuales; además, aprobaron un aumento de 44 mil pesos al mes para el consejero presidente Javier Garay Sánchez, con lo que ahora percibirá incluso más que el gobernador de la entidad, Francisco “Kiko” Vega, cuyo salario es de 109 mil pesos mensuales.

Entrevistado sobre la polémica medida, Garay Sánchez, quien pasará a ganar de 66 mil a 110 mil pesos, declaró: “con la mayor humildad, ése es el sueldo que creemos merecer”.

En conferencia de prensa, el funcionario estatal explicó que los consejeros y la presidencia del organismo electoral tomaron en cuenta los salarios de sus homólogos de otros estados para fijar sus percepciones.

Luego de la reforma política aprobada por el Congreso de la Unión en mayo de 2014, los institutos electorales locales dejaron de ejercer muchas de sus funciones anteriores, como la capacitación de los funcionarios de casilla que participan en las elecciones y la fiscalización de los recursos entregados a los diferentes partidos políticos; esas tareas ahora corresponden al Instituto Nacional Electoral. A pesar de que el trabajo de los consejeros es más relajada ahora, se otorgaron este aumento salarial.

Con información de SDPNoticias

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La corrupción huachicolera, el mal de Pemex

Por: María de los Ángeles Huerta del Río

Antes de abordar el tema del robo de hidrocarburos en Pemex, quiero manifestar mis más profundas condolencias por el fallecimiento de casi 120 ciudadanos en la explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo.

Es indudable que tanto el gobierno como los ciudadanos sabiamos de las enormes repercuciones que tendría el combate frontal al robo de combustible en nuestro país. Sin embargo, también tenemos la convicción de que era inneludible detener esa sangría de corrupción que estuvo a punto de matar a la empresa estatal de petróleos mexicanos.

Ahora el compromiso es rescatar a Pemex para que deje de ser la empresa petrolera más endeudada del mundo, y vuelva a sus tiempos de alta competitividad mundial. Si ha bajado su calificación crediticia con el argumento de que la falta de liquidez le impide cumplir cabalmente con todos sus compromisos, no es por la gestión de diciembre y enero. El problema ha sido la forma sistemática a través de la cual, con la careta neoliberal, los gobiernos anteriores desmantelaron el gran proyecto nacional de consolidar nuestra soberania en materia energética. La buena noticia es que hoy se cambia la tendencia “huachicolera”, y en vez de eso, se proponen inversiones, se garantizan recursos presupuestales para su fortalecimiento, y sobre todo se combate con gran firmeza el grave problema de la corrupción en todos los niveles.

Pemex fue atacado desde todos los frentes: La fractura de sus ductos, mermas de hasta un 12% (cuando el estándar mundial es 3%), además, se facilitó desde adentro el envío petrolero no declarado a varios países del mundo. Por si fuera poco, se permitió que su normatividad interna fuera lo suficientemente difusa para generar una gran opacidad en la operación formal y los estados financieros. En el colmo de todo esto, se sabe que no había auditorías a sus empresas productivas subsidiarias, una verdadera calamidad permitida con la complicidad de los anteriores gobiernos. Pero en tiempos de la 4a transformación ya todo será diferente: Lo que estamos haciendo en la Cámara de Diputados es trabajar en la modificación de la Ley de Petróleos Mexicanos con el objetivo preciso de regresarla a ser una empresa eficiente, transparente y muy productiva.

En Morena estamos decididos a combatir por todos los medios, el profundo problema de corrupción que enferma al sistema mexicano. Lo lograremos a través de propuestas articuladas que nos permitan construir una estructrura legal sólida, que hará prevalecer un genuino imperio de la ley.

Lo que tenemos en la mano, es la decisión de que, desde la Cámara de Diputados, podamos establecer el marco legal que permitirá la modificación de la figura de extinción de dominio y la prisión preventiva oficiosa para el caso delitos de corrupción en materia de hidrocarburos.

El robo de hidrocarburos no se concibe sin la corrupción, no son asaltos a pipas o gasolineras solamente, son perforaciones a ductos, es la venta de mermas inexistentes, la facturación falsa, el saqueo desde las plataformas…

Vamos a seguir perfeccionando el marco legal para que la fiscalía y los jueces cuenten con elementos para combatir este terrible flagelo de la corrupción, el cual ha causado tanto daño a nuestro querido país.

Los ciudadanos votaron por un proyecto de nación diferente, votaron por acabar con la corrupción, y es así es como el grupo parlamentario de Morena contribuimos a la cuarta transformación: Fortaleciendo el marco normativo que será cimiento del tan soñado imperio de la ley.

Diputada Federal de Morena

'Corrupcionario' o cómo hablamos los mexicanos de la corrupción

La mordida, el cabildeo, el fraude, el dedazo, el prestanombres. ¿Qué tanto sabes de estas palabras que definen la corrupción en México? Un grupo de activistas se dio a la tarea de plasmarla en un texto ilustrado: el 'Corrupcionario'. Pero, ¿cuántas conoces tú?

Ciudad de México, 28 de septiembre de 2016.- Se dice que está extendida por todo México, y lo mismo afecta al ciudadano de a pie que a funcionarios. Ahora, un grupo de activistas se dio a la tarea de plasmarla en un texto ilustrado: el Corrupcionario, o diccionario de la corrupción.

Términos como "chayote" (soborno para periodistas), "aceitar la mano" (dar dinero a algún servidor público para evitar alguna responsabilidad), "El año de Hidalgo" (último año de la presidencia en el que el lema es robar lo que se pueda), "Clon original" (el producto pirata de la mejor calidad), son algunos términos y palabras de un ingenioso diccionario que busca explorar las distintas formas que puede adquirir la corrupción en el país.

Ilustrado por caricaturistas como Cintia Bolio, Rictus, Patricio Monero, Penné y Ricardo Cucamonga, el Corrupcionario cuenta con un prólogo del actor Diego Luna, quien cree que los mexicanos deberían aprender a relacionarse sin necesidad de recurrir a ningún acto de corrupción.

"Estas palabras que son parte de nuestro vocabulario a veces nos terminan casi definiendo, y eso es muy peligroso", dijo Luna a AP. "Creo que estamos a tiempo de enmendar nuestro corazón, enmendarnos por dentro, recomponernos y aprender a relacionarnos desde otro lugar". Los caricaturistas y Luna aportaron su trabajo de manera gratuita para el proyecto.

El libro también incluye menciones a casos emblemáticos de irregularidades en México, como el de la Estela de Luz, un monumento por el bicentenario de la Independencia del país que costó ocho veces lo presupuestado. También se hacen referencias a la desaparición en 2014 de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que mostró los nexos de autoridades locales con el crimen organizado.

Para su elaboración, la organización ciudadana Opciona efectuó 16 grupos de enfoque, una encuesta nacional, una etnografía y un análisis de gabinete a bibliografía relacionada.

"Dijimos 'ya encontramos cómo vivimos los mexicanos la corrupción, ahora ¿cómo le hacemos para que no se queden en papers (artículos) de trabajo académicos archivados y lo podamos comunicar muy bien''', dijo el presidente de Opciona, Alejandro Legorreta.

"Vimos que la comedia es una manera de comunicar muy importante y nos permite entrar a temas que no necesariamente son cómodos", añadió.

De acuerdo con datos presentados en 2015 por el Instituto Mexicano para la Competitividad, un centro de investigación, la corrupción genera cada año pérdidas estimadas entre el 2 y el 10 por ciento del PIB de México y todos los años se registran más de 200 millones de pequeños actos de corrupción mientras que los mexicanos dan 32 mil millones de pesos (unos mil 645 millones de dólares) en sobornos.

El Corrupcionario, que también cuenta con una página de internet, está dividido en tres partes: la primera trata de La corrupción de Ellos, o la clase política y las altas esferas del poder; la segunda de La corrupción de Nosotros, la corrupción de los ciudadanos; y la tercera de La corrupción de Todos.

"Entendimos a partir de este análisis que no todos los mexicanos vivimos igual la corrupción, depende muchísimo del extracto socioeconómico al cual perteneces cómo vives la corrupción", dijo Legorreta

"No es lo mismo los 500 pesos de moche que da una señora para que le den las medicinas en el IMSS (Seguro Social), que el gobernador que desfalca a un estado por 2 mil millones de pesos", añadió.

Para Luna, "no es igual de dañina la corrupción que se da en realidades donde además hoy es la única forma de sobrevivir, y porque no hay otra opción, pero al aceptar eso también hay que aceptar que eso ha generado una relajación en el juicio que hacemos hacia nosotros mismos"

Durante una conferencia de prensa realizada tras la entrevista, el actor reconoció que en su caso ha vivido la corrupción por "la impunidad que da la fama". Por ejemplo, dijo, "las puertas que se abren con un autógrafo o con una foto".

Con información de El Financiero.

Es la corrupción, estúpidos

Ciudad de México, 20 junio 2016.- En las recién pasadas elecciones el PRI perdió siete gubernaturas, amén de alcaldías importantes y decenas de distritos locales. Nada de qué extrañarse. El PRI perdió en las urnas lo que ya había perdido en las sobremesas de los mexicanos, la confianza de la gente.

El obispo de Veracruz se alzó engreído de su asiento obispal para decir que la pérdida se debía a que el presidente Peña ha enviado una iniciativa al Congreso para aprobar el matrimonio entre personas que no sean necesariamente hombre y mujer.

Cada cual con sus obsesiones: a pesar del consejo del mismo Papa Francisco, en el sentido de no fijarse tanto en los genitales ajenos, y sí más en la pobreza y la injusticia, el obispo cree con sinceridad que el mal de la tierra se cifra en la morfología genital de la gente que hace el amor.

Allá él. Que goce de su idea de triunfo, hasta que la realidad se la esfume.

En cambio el presidente del PAN se apropió más verosímilmente del triunfo. Acción Nacional gobernará más estados que nunca en su historia y el joven Ricardo Anaya cree que se debe a la eficacia de las campañas de sus candidatos.

Eso, por más que la mayoría de sus candidatos son personajes deslucidos, a veces expriistas, a veces con un historial de corrupción propio, y de todos ellos ni uno solo acuñó una sola idea memorable. Puros lemas rancios.

Vaya también el presidente del PAN con sus ilusiones fatuas.

No. La gente votó contra la corrupción, cuya encarnación más cínica se da entre los priistas. Y sobre todo la gente votó masivamente por aquellos candidatos que prometieron castigar a sus predecesores corruptos.
Miguel Ángel Yunes, de un historial de corrupciones propias conocidas y señalado hace 20 años como amigo de pederastas, es creíble como el vengador de las maldades del gobernador de Veracruz, Duarte. Es un tipo al que lo que le sobra es la agresividad.

Javier Corral, que es un panista, pero francamente opuesto a la dirección actual de su partido, resultó creíble cuando prometió encarcelar al pasado gobernador de Chihuahua, y no sólo eso, cuando prometió resarcir al erario de su pillaje.

Corral es un señor connotado por sus ánimos beligerantes, no por su diplomacia. Por su discurso aguerrido, no por sus dones conciliatorios.

Y así los restantes ganadores. Personajes que al menos al parecer tienen la decisión y el vigor para ejercer la justicia en sus lares, que no la venganza.

No por coincidencia el Bronco, gobernador de Nuevo León, eligió el inicio de la semana de las elecciones para anunciar que por fin estaba decidido a cumplir la promesa que lo hizo llegar al poder hace un año. A decir, encarcelar al exmandatario estatal Rodrigo Mena. Las encuestas ya apuntaban a lo que los resultados confirmaron: para el votante de nuestros días el tema crucial es la corrupción.

Y en ello la gente no se equivoca. Sólo es consecuente: los mexicanos hemos convertido en el monotema para las sobremesas la corrupción, y eso porque la corrupción es, en efecto, el peor mal del país.

La corrupción no sólo arruina todo plan de gobierno, al trastocarlo; no sólo carga a los empresarios con una cuota altísima que los descarta en los negocios globalizados; no sólo infecta la meritocracia de toda institución, incluyendo las culturales; la corrupción es el túnel donde se conecta el crimen de los bajos fondos del país con las oficinas de gobierno, y nos condena a los mexicanos a ser saqueados desde arriba y desde abajo.

Para las elecciones de 2018, las presidenciales, el PRI no tiene remedio. Este sexenio probó con largueza que sencillamente no adivina que pueda existir algo más allá de la cultura de la corrupción. Pero el PAN haría mal en engañarse: para ganar la presidencia en 2018 no basta ser el otro partido que no es el PRI.

Hace falta que vuelva a su raíz. Que vuelva a creer en un país que ya merece estar sujeto a leyes. Y hace falta que presente un plan verosímil para llevarlo a ese estadio superior de civilización.

Porque para 2018 las elecciones presidenciales, como éstas intermedias por 12 gubernaturas, de nuevo versarán sobre la corrupción, y ganará el candidato (o la candidata) que se comprometa con un plan práctico y radical para acabarla.

No importa su partido. O que siquiera tenga un partido. Los mexicanos podemos diferir en mil y un asuntos, pero en cuanto a la corrupción hemos llegado a un acuerdo. Nos merecemos un país donde no sea la forma de gobierno.

Artículo publicado en Proceso.

Los Ángeles Azules dan “precio amigo” al PAN

Según el Panal, la agrupación musical cobra al menos 3 veces más de lo que le facturó a los panistas.

Ciudad de México, 21 de abril de 2016.- El Partido Nueva Alianza y su ex candidato Fernando Bribiesca Sahagún litigaron y perdieron un primer round, en la mesa del Instituto Nacional Electoral (INE).

El Panal y don Fernando acusaron al PAN de un presunto caso de subvaluación de gastos.

Resulta que, según el expediente resuelto ayer, el grupo Los Ángeles Azules cobró 230 mil pesos para trasladarse a Guanajuato con equipo y todo, incluyendo gastos de hospedaje y alimentación, para presentarse en un acto del ex candidato panista al gobierno de Celaya, Ramón Lemus.

De acuerdo con el Panal, la agrupación musical cobra al menos 3 veces más de lo que le facturó a los panistas.
Aunque algunos consideran que el famoso grupo dio al PAN un precio amigo —al fin y al cabo también son azules— el INE desechó el caso.

¡De Iztapalapa para el PAN, Los Ángeles Azules¡

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La clase media representamos el 59% de la población mexicana. Somos los que nos sentamos más de 8 horas en la oficina a generar ideas y a crear cosas para otros, somos los que sudamos sangre en caso de que queramos emprender un negocio, somos los que un día tenemos que pagar los altos intereses del banco, y al otro encontrarnos con que ya nos rayaron el carro, nos rompieron un vidrio y saber que además de pagar impuestos, también debemos pagar caseta, tenencia, al policía y al de la basura.

¡Qué viva la clase productiva de México que debe pagar con el trabajo de toda su vida, sus cuentas y…. las millonarias casas de los políticos, la cuenta de las cenas con sus novias en ostentosos restaurantes, sus despilfarros, sobornos, borracheras, caprichos y además votar por ellos!

Tomado de pazrevolucion.mx

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“Tenemos que poner un alto definitivo a la corrupción y a la impunidad. México no es un país de corruptos”, sentenció el senador del PRD, Miguel Barbosa Huerta, al rendir su informe como presidente de la Mesa Directiva del Senado. Sin embargo, cálculos del Observatorio Económico México, han revelado que la corrupción le ha costado al país 341 mil millones de pesos al año. Los cálculos están basados en un indicador del Fondo Monetario Internacional, que mide ese efecto y que establece que un aumento de 10 por ciento en la corrupción genera una pérdida de 2 por ciento en el crecimiento del PIB. Fuente: Proceso